LAS DUDAS DE ARCO
Texto Clip publicado en el número 14 de Revista El Corso
ARCO es el reflejo del país que la creó. Feria/país de contradicciones, de diversidad, de contrastes, que lucha por cambiar pero que no sabe como, ni cuando, ni hacia donde, marcada por su historia y sus líderes.
Feria/País de críticos, de bandos, del público/privado, de intereses creados, de masas, del sabor a internacional pero con arraigo provincial. Híbrido, paradoja exclusiva de mercado y espectáculo de masas. Mezcla que nadie entiende pero que apasiona.
¿Qué es ARCO? Tal vez se trate de un juego público con piezas privadas y debiera convertirse en un recreo para una minoría auspiciado por otros pocos. En su 30 aniversario la cita se ha concedido una oportunidad para reinventarse, una apuesta fuerte en un momento para pocas celebraciones en los mercados.
30 AÑOS, HORA DE EMANCIPARSE.
Uno de los textos que se podía leer en el recinto de IFEMA dejaba ver las intenciones del cambio:
“La feria en sus primeros años adquirió un carácter de evento cultural, pasando en los 90 por una etapa didáctica, hasta los últimos tiempos en los que se consolida como una plataforma de mercado para el sector artístico…”.
ARCO en sus inicios fue inexcusablemente uno de los motores para el asentamiento del arte actual en España, en un momento en el que el boom cultural se había liberado con tal estruendo que necesitaba de un tejido que pudiera organizar y dar continuidad a todos estos cambios, constituyéndose así como uno de los pilares fundamentales en los que sustentar un sistema del arte que estaba aún por acomodarse. De este modo las circunstancias en las que nació un evento de estas características ha marcado su personalidad.
Tal vez una de sus fallas a lo largo estos años hayan sido las inválidas valoraciones. Para unos el éxito consistía en sus ventas, para otros en el número de visitantes, y para los organizadores lo importante parecía ser el número de metros lineales vendidos.
En los 90 la crítica ya afirmaba que no era posible hacer balance por la cantidad de entradas cortadas sino por sus cifras de ventas. Pero quedarse en estos indicadores constituía también un grave error propio del pensamiento neoliberal. Resultaba fundamental desglosar las cifras para conocer lo que realmente ocurría.
Porque si tal como afirma el comisario Ricard Mas, un porcentaje importante de estas ventas eran realizadas por instituciones públicas y gobiernos a galerías que en muchas ocasiones acudían a la cita subvencionadas por estos mismos, entonces los datos resultaban más engañosos de lo que parece.
Por otro lado, y cambiando el tercio de valoraciones, no es ni siquiera necesario analizar una feria mercantil por sus índices asistencia. Concluir que ARCO tenía un buen año por la cantidad de curiosos que asaltaban las galerías en un juego de “se mira pero no se compra”, era una práctica muy habitual en los medios. Sin embargo esta apropiación por parte del visitante es a la vez uno de los rasgos que siempre ha distinguido al evento.
En el valioso Manual de Estilo del Arte Contemporáneo -firmado por Pablo Helguera- se compara el mundo del arte con un tablero de Ajedrez en el que la dama representa al coleccionista, por ser la que cuenta con más recursos y mayor movilidad:
“La dama se desplaza por el tablero y puede capturar cualquier pieza, convirtiéndose en elemento definitorio de la partida. Su ineficacia o incapacidad de maniobra por otra parte, garantiza la pérdida de la partida…el error más grave en el juego consiste en enemistarse con la dama, puesto que ésta es capaz de hacer y deshacer las carreras de todos los demás, incluyendo al Rey (Rey=director de museo)”
En ARCO las piezas estaban equivocadas, y mientras se decidía que hacer con el evento, aquellas potenciales virtudes que podían distinguirlo como cita comercial, eran apropiadas por la competencia. Así por ejemplo el nexo del mercado artístico latinoamericano era asumido por ARTBASEL Miami.
El año pasado las críticas directas de referentes como Manuel Borja Villen seguían evidenciando sus debilidades y haciendo insostenible el modelo.
“Se trata de un modelo ligado a un mercado provinciano o local, que se ha demostrado caduco. Cada vez viene menos gente de relevancia internacional y los pocos que han venido, probablemente, no vuelvan el año que viene”.
Era necesario que la cita se enfrentase cara a cara con aquellos fantasmas que la administraban con fuertes dosis de paternalismo, con el fin de tomar ARCO como lo que es, un encuentro internacional de profesionales con carácter comercial pero… ¿sin dejar de potenciar sus virtudes como referente obligado para el gran público?
Que tremenda empresa para Carlos Urroz, su nuevo director, quien en 2011 propuso llevar a cabo su feria ideal con estrategias destinadas a convertirla en referente más allá de nuestras fronteras, pero sin prescindir del público masivo.
Restructuración espacial, reducción del número de galerías, nuevas secciones y actividades paralelas…las intenciones parecen buenas y tras el cierre de la edición en su cumpleaños número 30, debemos ser cautos. Caer en conclusiones precipitadas sería un grave error si se pretende lograr un objetivo que demandará de varios aniversarios más para alcanzarlo.
ARCO 2011, FIN DEL PRINCIPIO.
De momento paseando por ARCO 2011 se podía respirar, que no es poco.
La reducción del número de stands y una correcta distribución dio lugar a espacios más diáfanos, que permitían encontrar lugares para el descanso sin ser abrumado por un mar de puestos de dudosa calidad.
La zonal institucional se redujo en un área bien diferenciada, cobrando así menor protagonismo que en ediciones anteriores. De este modo su participación se concluyó como necesaria, pero accesoria. Algo que se venía demandando desde hacía tiempo.
El recorte de galerías participantes tuvo efectos positivos, aunque la presencia internacional aún es parca. El país invitado, Rusia, no aportó nada nuevo, a pesar de sanas excepciones como las tan comentadas cajas de Marina Alexeva o el Home Video (Empire State) de los Blue Nose en la Koll Gallery -187.000 Euros-. Parece como si los artistas rusos produjeran obra ajenos a las circunstancias de su país -o al menos esa es la impresión-.
Solo Projects Latinoamérica sin embargo, se planteó como una estrategia para retomar relaciones con un mercado que poco a poco se había ido alejando. La sección mostró proyectos de gran calidad, dando una lección a los rusos de cómo conciliar conceptos como Arte-estética-compromiso-identidad o memoria, sin prescindir del interés comercial. Un inteligente y vistoso ejemplo de ello fue el viaje ecológico del artista Felipe Arturo a través del Amazonas en la Galería La Central, o la ruta gastronómica en forma de Diógenes cultural de un “radicante” no latinoamericano, Antoni Miralda, para la galería PalmaDotze.
Y es que resulta curioso como van tomando protagonismo temas transnacionales relacionados con cuestiones sociales, políticas o económicas. Conflictos sociales, ecología, género o interculturalidad destacaron en muchos recorridos, como el ofrecido por la Hilger Modern Contemporary o la Prometeo Gallery, representada por artistas como Regina Galindo, Santiago Sierra o Democracia.
El siempre electrizarte Daniel Canogar o las proyecciones de Toni Ousler son otros nombres –ya habituales- que se pudieron ver en el apartado tecnológico. Pero a pesar de contadas excepciones, no se puede obviar que en este año han ganado las obras y los formatos de corte conservador, posiblemente ante el temor por asegurar beneficios mínimos en un momento con poco margen para riesgos.
Por último, actividades paralelas como la sección de auditorio, los servicios de consultoría a posibles compradores, el foro de profesionales o el programa internacional de coleccionistas, siempre fueron una seña de identidad de la marca ARCO y en esta edición han seguido definiendo la cita como evento dinamizador del sector más allá de la mera operación de compra-venta, revalorizando su importancia como punto generador de encuentro y diálogo entre las distintas contrapartes a través cuestiones globales relacionadas con el coleccionismo, los mercados emergentes y, como no, el tema estrella: “crisis”.
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